Santa Catalina de Siena dedicó su vida a ayudar a los enfermos y los pobres,que para ella era lo mismo que ayudar a Cristo sufriente y de esa manera entregar su vida a Dios.
Gran parte de su trabajo lo realizó en el hospital de Santa Maria della Scala, donde también había personas enfermas a las que nadie asistía, o porque no tenían parientes, o porque padecían enfermedades contagiosas.